La clave de esta transformación fue la despersonalización y modernización integral de los espacios. Nuestro objetivo principal fue reemplazar los colores intensos y el mobiliario clásico y robusto por una paleta de tonos neutros y mobiliario más ligero, consiguiendo así una notoria sensación de amplitud y luminosidad en cada estancia.

En el salón, la estrategia fue aligerar el ambiente. Sustituimos los muebles oscuros y voluminosos por piezas modernas y funcionales que, junto con una nueva iluminación cálida y unas cortinas más ligeras, permitieron maximizar la entrada de luz natural a través de los amplios ventanales. El resultado es un espacio diáfano y acogedor, perfecto para cualquier estilo de vida.

Los dormitorios, por su parte, experimentaron una metamorfosis similar. Eliminamos la carga visual de los armarios empotrados antiguos y las camas tradicionales, apostando por soluciones más actuales y sencillas. En el dormitorio principal, una base neutra y una cuidada elección de textiles crearon una atmósfera serena. En el segundo dormitorio, la incorporación de un funcional escritorio transformó el espacio, no solo haciéndolo más práctico sino también visualmente más grande y adaptable a las necesidades de cualquier comprador.

En definitiva, convertimos esta vivienda en un hogar contemporáneo y atractivo, diseñado para encajar con los gustos y expectativas de los potenciales compradores de la zona. Un meticuloso reportaje fotográfico profesional fue la herramienta final para capturar y transmitir el impacto de esta renovación, destacando la versatilidad y el potencial de cada rincón.